La guerra económica debe preparar a la población, para que llegado el
momento, cuando este cansada de los altos precios y “la escases”, apoyen
cualquier "salida" política a la situación del país, para ello, es esencial
desestabilizar la psiques colectiva, bombardearla con falsas informaciones,
rumores, medias verdades, datos tendenciosos que eleven la incertidumbre, y el
miedo en la ciudadanía, la conspiración económica induce una situación de
inestabilidad que promueve conductas irracionales: como las compras nerviosas,
y el acaparamiento domestico, o la violencia consumista, en un clima de oscuras
profecías, sobre el “inminente caos económico y social”; es lo que llamamos la
guerra psicológica: eleva el grado de agresividad social, al presentar la
realidad como un caos, fuera del control de las autoridades, busca atemorizar y
a la vez irritar a la población, se estimulan las fobias, los sentimientos más
agresivos y violentos, y al mismo tiempo el pánico irracional, por cualquier
rumor o información dada por cierta.
Así de forma implacable, la industria cultural y los medios privados, despliegan contra la conciencia colectiva, un extenso arsenal de recursos de manipulación, cuya tarea es la destrucción mental del país, para ello se sirven de todos los medios posibles, la televisión en primer lugar, con su carga de impacto visual y emocional, la radio como medio de alta penetración y reiteración de mensajes que agreden la psiques colectiva, la prensa escrita como formadora de la matrices de opinión, mediante las cuales se racionalizan los argumentos de la guerra económica, la publicidad que juega un doble roll, mientras continua ofertando la ilusión consumista del sistema, desdice indirectamente y refuerza mensajes conspirativos, pero sobre todo en la guerra psicológica, juegan un papel central los nuevos medios digitales, ancladas en modernas teorías, como la de los genes informativos, llamados “memes” y el contagio viral de la información, se despliegan estrategias que multiplican de forma casi ilimitada, los mensajes desestabilizadores, a su vez los ciudadanos reproducen exponencialmente, estos mensajes creándose un circulo vicioso, de incertidumbre y tensión, se impone un lenguaje conveniente: a la guerra económica se le llama: crisis, al acaparamiento sistemático: escasez, a la especulación cambiaria: debilidad de la moneda, al saboteo: incapacidad gubernamental, con su gran alcance y versatilidad para la difusión de contenidos, las redes sociales potencian el mensaje desestabilizador, de forma gratuita e histérica, al mismo tiempo sirven de elemento movilizador para la acción política incluso para la acción violenta, como los vimos los días posteriores al 15 de abril.
Así de forma implacable, la industria cultural y los medios privados, despliegan contra la conciencia colectiva, un extenso arsenal de recursos de manipulación, cuya tarea es la destrucción mental del país, para ello se sirven de todos los medios posibles, la televisión en primer lugar, con su carga de impacto visual y emocional, la radio como medio de alta penetración y reiteración de mensajes que agreden la psiques colectiva, la prensa escrita como formadora de la matrices de opinión, mediante las cuales se racionalizan los argumentos de la guerra económica, la publicidad que juega un doble roll, mientras continua ofertando la ilusión consumista del sistema, desdice indirectamente y refuerza mensajes conspirativos, pero sobre todo en la guerra psicológica, juegan un papel central los nuevos medios digitales, ancladas en modernas teorías, como la de los genes informativos, llamados “memes” y el contagio viral de la información, se despliegan estrategias que multiplican de forma casi ilimitada, los mensajes desestabilizadores, a su vez los ciudadanos reproducen exponencialmente, estos mensajes creándose un circulo vicioso, de incertidumbre y tensión, se impone un lenguaje conveniente: a la guerra económica se le llama: crisis, al acaparamiento sistemático: escasez, a la especulación cambiaria: debilidad de la moneda, al saboteo: incapacidad gubernamental, con su gran alcance y versatilidad para la difusión de contenidos, las redes sociales potencian el mensaje desestabilizador, de forma gratuita e histérica, al mismo tiempo sirven de elemento movilizador para la acción política incluso para la acción violenta, como los vimos los días posteriores al 15 de abril.
¿Es posible
derrotar la Guerra económica?
Si!, para ganar la guerra económica tenemos primero que resistirla, y para resistirla es vital comprenderla, entender que la guerra psicológica forma parte esencial de una crisis diseñada para destruir la vida económica social y política del país, comprender que los medios no son neutros, que detrás de los mensajes conspirativos, se encuentran poderosos intereses nacionales, e internacionales, transnacionales, grandes importadores, bancos, medios, especuladores, delincuentes cambiarios, y de todo tipo. Entender que los medios forman parte del ejército agresor, que el objetivo es destruir la paz social, y acabar con la revolución bolivariana, aun acosta del hambre y la división de los venezolanos y venezolanas.
¡Es posible derrotar la
conspiración económica, y su agresión psicológica, solo si el gobierno confía
en el pueblo, moviliza su conciencia, y organiza sus energías políticas, se
puede recuperar la economía y salvar al país, solo si el pueblo, confía en su
gobierno, lo apoya y lo respalda de forma decidida, contra los enemigos del
bien común, solo si pueblo y gobierno, actúan unidos es posible derrotar el
avance de esta gigantesca conspiración, se trata de la patria o el abismo.
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Con Información de TV-Foro
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